MARIANO

Nunca tuve la disciplina de aprender a tocar un instrumento, no sé leer partituras, ni nada de teoría musical, todo viene por el lado de la intuición. De chico aprendí cuatro acordes con la guitarra criolla y empecé a combinarlos para hacer mis temas.


La música siguió existiendo sólo en mi habitación hasta que en el año 2003, mi amigo Horacio me convocó para tocar el teclado en su banda. Dudé, porque de teclado sabía menos que de guitarra. Pese a mis limitaciones, se abrió un mundo nuevo, de componer, de grabar, de tocar en vivo.


Fui aportando canciones a la banda (SieteCasas), pero mientras tanto sonaban en mi guitarra temas inconclusos, canciones que fueron apareciendo y quedaron a la espera. Muchas se desdibujaron con el tiempo, otras fueron volviendo y creciendo conmigo. Otras surgieron de golpe, pero se quedaron encerradas en mi mundo.

Todo lo referente a Aura surgió así, en solitario, tocando en mi habitación. Quería grabar estas canciones para poder escucharlas cuando camino por la calle, cuando miro el mar o para compartirlas con mi gente. El título surgió porque intentan permanecer en el espacio introspectivo, dentro de esa nube que nos rodea, nos aisla y al mismo tiempo protege.

La idea original era grabarlo todo en mi casa, con mis propios recursos y solamente con los instrumentos y sonidos que yo pudiera generar. Pero luego de grabar las guitarras acústicas, se me ocurrió invitar a algunos amigos a participar.


El proceso de grabación se inició a fines de 2009 y actualmente sigue en curso, porque me surgieron rodajes, viajes y 'Aura' tuvo que esperar. Los métodos tampoco son los tradicionales. Es una grabación nómade, cerrando etapas en distintos lugares físicos, en los que siempre aparecen como íconos un mate entrerriano, el iPod que uso de disco portátil, sahumerios, la pizarra, una guitarra criolla y el cuaderno verde araña comprado en Asunción.

Aunque el disco recorre un camino de soledad autoral, nunca sentí que estaba haciéndolo solo. La energía de los que participaron se volvió materia imprescindible. Espero que los temas terminen reflejando todo ese trabajo que compartimos y disfrutamos.


Las canciones hablan de algunos matices del aura. Reflexión, duda, tristeza, bronca, esperanza, aceptación.
Espero que pronto suceda esa transición en que las canciones se sueltan y comienzan a existir por sí mismas. Con una sola persona que escuche, el círculo finalmente se cierra. Y se abre alguno nuevo.